Se acerca la noche más mágica y tradicional del verano, en España, se celebra de maneras muy diferentes según las localidades, pero al igual que en Irlanda, todas ellas tienen un símbolo en común, la celebración se realiza siempre alrededor de una hoguera.
Durante muchos siglos, San Juan se celebra tradicionalmente en toda Irlanda el 23 de junio, es decir, en la víspera de San Juan. Antiguamente, la hoguera era el objeto central en las actividades de la víspera de San Juan, y la gente más anciana cuenta que el paisaje se llenaba de cientos de hogueras, iluminando la noche irlandesa hasta donde la vista podía alcanzar. Estas hogueras se erigieron en muchos lugares, especialmente en sitios elevados como en las cimas de las montañas o en las colinas, aunque también, desde hace mucho tiempo, en los campos, cruces de caminos y en calles y plazas de ciudades y pueblos del país. En Dublín, las hogueras fueron prohibidas por el Alcalde en la década de 1700, y la gente usó como sustituto velas en árboles y arbustos para mantener la tradición de alguna manera. Poco a poco, durante el siglo XIX, se fue eliminado esta tradición de hogueras en muchas ciudades y pueblos de toda Irlanda.
Anteriormente, el material para la hoguera se recogía hasta seis meses antes de la víspera de la fiesta de San Juan. Alguna vez fue tradicional en toda Irlanda añadir huesos de animales a la hoguera, algunos creen en la imitación de los antiguos sacrificios, su adición ayudó a acuñar la frase «hoguera» (hueso del fuego). Este material, creaba un sonido mágico junto con el crujir de la madera, y las chispas volando. En muchas partes del Munster y Connaught la costumbre de quemar los huesos de animales en verano continuó durante mucho tiempo en el siglo pasado.
En la tradición irlandesa, tanto los animales como los seres humanos pasan a través de la hoguera, y en algunos lugares, al igual que en España, se cruza en parejas tomados de la mano. Mientras que en otros lares, la tradición se relaciona con el ganado, y era conducido a través de las llamas entre dos personas y un fajos de paja o juncos conocidos como un “Cleer”, iluminando.
La superstición dice que la hoguera de San Juan produce buena suerte, y sus llamas protegen, según la tradición: tanto animales como personas se limpian contra las hadas y el mal de ojo.
En el condado de Cavan, hace un siglo, se creía que cenar algo cocinado en la chimenea, en la víspera de San Juan, protegía del hambre durante el siguiente año, mientras que los agricultores a veces “regaban” sus cultivos con carbón, cenizas, o incluso agua bendita, de la hoguera; como método de protección contra las enfermedades, entre ellas el tizón, pero también debido a la creencia de que sus campos serían improductivos si se ignoraban estas tradiciones en la noche de San Juan. Los espectadores en las hogueras formaban haces de juncos o paja, y cuando se encendían con el fuego, iluminando la noche, se agitaban en el aire, y en algunos lugares como Belmullet, en Mayo de césped, cumpliendo con la creencia de que el aire se purificaba a través de las llamas de estos objetos. Además, una pieza de este material, como césped o carbón se tomaba de la hoguera y se llevaba a casa para volver a encender la chimenea.
Cabe mencionar, que el encendido de hogueras durante la noche de San Juan, solo se realizaba en algunas localidades, ya que por lo general, la tradición era mantener el fuego de la chimenea de casa año tras año.
Actualmente, muchos pueblos y ciudades tienen ferias, conciertos y fuegos artificiales durante el verano, pero siempre en fechas cercanas a la noche de San Juan. En lugares rurales, sobre todo en el noroeste, se encienden hogueras en las colinas. Esta tradición se remonta a los tiempos paganos y ahora se asocia con «Noche de San Juan». La Agencia de Protección del Medio Ambiente de Irlanda, después de mucho malestar inicial en el oeste de Irlanda, tiene una exención para la quema de fuegos al aire libre durante la noche de verano, por lo que no se pueden ver muchas hogueras en el país, con excepción de algún pueblo, que lo hace bajo vigilancia, pero no es muy común, y tampoco se desarrolla la tradición del solsticio de verano en las ciudades.
Este post es obra original de Sandra Pérez.