Una de las mayores preocupaciones cuando decidimos cambiar de residencia o simplemente visitar otro país, es el nivel de seguridad del mismo.  Durante la última década, la República de Irlanda se ha situado siempre entre los 10 países más seguros del mundo y dentro de los cinco primeros en Europa. Concretamente en 2012, Global Peace Index situaba al país en el sexto puesto en el ranking mundial, mientras Dublín se colocaba en el año 2013 en la posición 14 en ciudades más seguras en el mundo según un estudio

Los parámetros considerados en el estudio incluyen variables como número de homicidios, nivel de criminalidad percibida en la sociedad, número de personas encarceladas, inestabilidad política, gasto militar en relación al PIB, guerras en las que se participa, etc.

Irlanda se encuentra también bien posicionada en la clasificación mundial en «Ciudades con la mejor calidad de vida» donde se valora aspectos como la salud mental y física de los habitantes, nivel de contaminación, renta per cápita, estructuras… Dublín se situaba en el puesto 16 como una de las ciudades con mayor calidad de vida durante el 2012 según el estudio.

En términos generales, en Irlanda encontraremos ciudades muy seguras y tranquilas, con un índice muy bajo de robos y secuestros y un gran control sobre el porte de armas de fuego, ni siquiera la policía irlandesa (La Garda) utiliza armas de fuego.

Algunos usuarios nos preguntan sobre la peligrosidad de los «knackers». ¿Qué son los Knackers? Son adolescentes generalmente procedentes de barrios marginales, suelen reunirse en calles poco transitadas o plazas y normalmente visten con chándal (algunos llevan siempre la capucha puesta), lucen pendientes y colgantes de oro y a veces van acompañados de perros. Suelen no tener una salud dental de envidia y su estrategia es pedir tabaco, fuego o directamente molestar de alguna manera. Yo no los categorizaría como peligrosos, los compararía con las pandillas de «Canis/calorros» que podemos encontrar en España y que debemos ignorar si se cruzan en nuestro camino.

Maria Sierra

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